Para empezar hablemos de la pantalla, que será OLED, todo un acierto, pues este tipo de tecnología la veremos acabar de forma multitudinaria en los teléfonos que se vayan presentando en 2010. La resolución de la misma es de 480×800 píxeles, con un tamaño que se estima que sea de 3.5 pulgadas y de tipo capacitiva. Pese a ese tamaño de pantalla, el terminal, al no incorporar teclado físico, será bastante delgado y ligero.
Este Nexus One no vendrá con demasiada memoria interna. Se habla de 512 Mb ampliable con tarjetas de memoria microSD. La batería sería extraíble, con la ranura para tarjetas de memoria y la SIM debajo, algo que incomoda al tener que apagar el teléfono para cambiar cualquiera de ellas.
El diseño no es muy llamativo, y como hemos dicho, si no fuera por que lleva a Google detrás, habría pasado como un terminal más en cuanto a las innovaciones que incorpora. Solo cuatro botones de navegación y la bola de control rompen la línea del Nexus One.
En cuanto al procesador, todo apunta a que se trata del Snapdragon a 1 Ghz ya tan famoso. No faltarán en este Nexus One la conectividad WiFi y Bluetooth, la brújula digital, sensor de luz/proximidad, GPS y por supuesto cámara de fotos de 5 megapíxeles con autoenfoque y flash.
Saldrá libre pero también con subvenciones
El revuelo alrededor del Nexus One lo ha provocado por una parte el misterio de que no se haya presentado y ya lo tengan los empleados de Google, y que pueda ser la propia marca la que lo venda libre a través de Internet sin rastro de las siglas HTC (ni otras) en el terminal.
El precio del Nexus One liberado se sitúa en 500 dólares según los rumores. Tampoco es que Google haya hecho un esfuerzo extraordinario en ese campo. Lo lógico sería pensar que libre saldrá para desarrolladores, y que para adquirirlo, un usuario deberá pasar por la caja de la operadora. En ese caso se habla de un precio menor de 200 dólares. En EEUU podría ser T-Mobile.
El sistema operativo del Nexus One será la versión 2.1 de Android, al menos es la que estaría moviendo en los terminales que se han repartido a sus trabajadores.
Este Nexus One no vendrá con demasiada memoria interna. Se habla de 512 Mb ampliable con tarjetas de memoria microSD. La batería sería extraíble, con la ranura para tarjetas de memoria y la SIM debajo, algo que incomoda al tener que apagar el teléfono para cambiar cualquiera de ellas.
El diseño no es muy llamativo, y como hemos dicho, si no fuera por que lleva a Google detrás, habría pasado como un terminal más en cuanto a las innovaciones que incorpora. Solo cuatro botones de navegación y la bola de control rompen la línea del Nexus One.
En cuanto al procesador, todo apunta a que se trata del Snapdragon a 1 Ghz ya tan famoso. No faltarán en este Nexus One la conectividad WiFi y Bluetooth, la brújula digital, sensor de luz/proximidad, GPS y por supuesto cámara de fotos de 5 megapíxeles con autoenfoque y flash.
Saldrá libre pero también con subvenciones
El revuelo alrededor del Nexus One lo ha provocado por una parte el misterio de que no se haya presentado y ya lo tengan los empleados de Google, y que pueda ser la propia marca la que lo venda libre a través de Internet sin rastro de las siglas HTC (ni otras) en el terminal.
El precio del Nexus One liberado se sitúa en 500 dólares según los rumores. Tampoco es que Google haya hecho un esfuerzo extraordinario en ese campo. Lo lógico sería pensar que libre saldrá para desarrolladores, y que para adquirirlo, un usuario deberá pasar por la caja de la operadora. En ese caso se habla de un precio menor de 200 dólares. En EEUU podría ser T-Mobile.
El sistema operativo del Nexus One será la versión 2.1 de Android, al menos es la que estaría moviendo en los terminales que se han repartido a sus trabajadores.
¿Por qué Google se mete en el camino que hasta ahora han llevado tan bien sus aliados como Samsung, Motorola o la mismísima HTC? Lo que más nos da por pensar es que Google quiere mantener un terminal con Android oficial, el elemento puro con ese sistema operativo.
Pocos son los fabricantes que usan Android que no tienen la tentación de modificar la apariencia al menos del sistema operativo, pero también se le añaden pantallas de inicio o widgets. Estas modificaciones son prácticamente lo único que cada fabricante tiene para diferenciar su teléfono de otro que casi copia sus especificaciones y diseño. En el mundo de los navegadores lo estamos viendo.
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